Ir al contenido principal

Algo muy parecido a la libertad

Hacer lagartijas y sentadillas debe ser, sin lugar a dudas, una de las formas más extravagantes que haya visto de protestar. Ocurrió hace unos días en Clearwater, Florida.1 Un grupo de personas asiduas al gimnasio no pudo más con la presión infringida hacia ellos por parte de Bárbara de Regil, y encolerizados se dieron cita a las afueras de la corte de la aludida demarcación. Ahí presentaron sus prioridades, pidiendo por la reapertura de éstos, los centros de espiritualidad por excelencia del siglo XXI, al compás de jocosas consignas como “Give me gains or give me death”, cuya traducción –permítanme la licencia poética­– vendría siendo algo así como “Antes muerto que dejar de estar mamado”.

Aunque pueda parecer que no fueron los más imaginativos ideando mecanismos de protesta –y antes de ponernos a reír–, tenemos que reconocer que el recurso discursivo al que apela su causa es sumamente contundente. Es esa la razón por la que me cambia el gesto y creo que tal noticia no puede ser pasada por alto, etiquetada sólo como una curiosidad más bien patética. 

Estados Unidos no es un país católico, pero se ha bautizado: se ha autoproclamado hasta el hartazgo como “la tierra de la libertad”. En ese sentido no es tan importante si esto es cierto o falso, sino cuántas veces se ha dicho, es por ello que, sí, hay quien lo cree y quien lo duda, pero lo que es un hecho es que el concepto “libertad” se ha cubierto de un aura mística impenetrable, colándose al primer puesto en la escala de valores norteamericana. 

La libertad es huidiza, difícil de perseguir, como difícil es establecer claramente sus alcances. El tema por sí mismo merece mucho más que este simple artículo, sin embargo, no son pocas las referencias con las que contamos para aproximarnos a él. La tarea de entender la libertad ha sido el anhelo de muchos filósofos, escuelas del pensamiento, académicos, artistas, etc. De tal suerte, podríamos deliberar quién entre todos ha estado más cerca de conseguirlo exitosamente. Lo urgente, en cambio, me parece que es entender qué hemos recogido de esa vasta discusión, construyendo con ello nuestro concepto social de la libertad, que es, a fin de cuentas, alrededor del cual actuamos como sociedad. 

Isaiah Berlin fue uno de aquellos contribuyentes a esta polémica. En su ensayo de 1958, Dos conceptos de libertad, distingue entre la libertad negativa y la positiva.2 La libertad negativa es la que gozas en la medida en la que no eres condicionado por un tercero, como el Estado. A menos que alguien te lo impida, eres negativamente libre de hacer lo que quieras. Mientras, la libertad positiva es, por decirlo de alguna forma, autónoma, depende de ti, de tu control sobre lo que haces y tu voluntad de hacerlo. 

Para entender un poco más a fondo estas categorías podemos ir hacia atrás, hacia las ideas de Erich Fromm, quien tuvo esta misma noción dicotómica un par de años antes y la expresó en otros términos acaso más claros: libertad de (negativa) y libertad para (positiva).3 La primera siempre es respecto a algo o alguien, ser libre de cualquier interferencia y la segunda implica una intencionalidad, ser libre para controlar, gestionar y dirigir la vida propia. 

El problema con la “libertad para” es que, aunque no haya coerción de un tercero, la mera intencionalidad no es suficiente para garantizarla. El ejemplo por excelencia para ilustrarlo es el de una persona adicta a algún narcótico; esa persona no actúa según su autodeterminación ya que consume drogas porque es adicto, por lo tanto, no es positivamente libre. Aunque sí es negativamente libre, debido a que nadie lo está obligando a consumir. El matiz respecto a esta modalidad de libertad se encuentra, entonces, en las circunstancias en las que se halla la persona, que son las que, en última instancia, le permitirán o no dirigir su vida hacia donde quiere. 

Yo tengo libertad para ser feliz, nadie me lo impide, pero levanto la mirada: veo que en los últimos años se han encontrado partículas de microplástico en nuestros intestinos, que para el 2030 faltará 40% del agua necesaria para mantener el ritmo de las actividades productivas y vivo en un país en el que 10 mujeres son asesinadas al día y en el que los pocos jóvenes de mi generación que han encontrado trabajo, 8 de cada 10 no puede adquirir una canasta básica que cubra las necesidades de dos personas.4 5 6 7 Entonces, no sé, no me siento tan feliz… ni tan libre. 

Es incierto cómo sucedió: Erich Fromm, por su parte, ve su origen en los principios morales e ideológicos de la Reforma protestante, que es uno de los sucesos inaugurales de la modernidad;8 lo cierto es que, es visible, aún en la actualidad, el abrazo a la “libertad de”, esa libertad que anhela no sufrir interferencias de ninguna autoridad. En contraste, la “libertad para” se dejó de lado, se desdeñó y entre ambas se ha abierto una brecha anchísima. 

Pero ¿por qué?, ¿por qué es tan importante para los estadounidenses –y probablemente para nosotros, que bebemos lastimosamente de su cultura– sentirse libres en los gestos más banales como comprar armas o ir al gimnasio aún en tiempos de pandemia? 

Tengo una idea: pienso que, quizá, esa fijación con la “libertad de”, esa obsesión por sentir que nadie puede, ni debería restringirnos de elevados fines como ir a la peluquería ahora, en plena pandemia global o en cualquier otro momento es, más bien, la sustitución de otras muchas libertades insatisfechas. 

Así, el consumo, el placer inmediato, se hizo la máscara perfecta detrás de la cual se esconden y se justifican las tristes carencias de una sociedad que cree –o que quiere creer– que la felicidad se pide por Rappi. 

En diez años, bienes como televisores, autos, celulares, computadoras y ropa –la canasta básica de la felicidad moderna–, han decrecido su precio. Mientras algunos servicios, acaso no tan importantes, como la renta promedio, la matrícula universitaria y los servicios hospitalarios –todos, servicios que nunca han sido baratos– lo han aumentado, en algunos casos, hasta en más de 200%.9

La “libertad de”, la posibilidad de ser capaces de satisfacer nuestras ganas de comprar las ofertas de Zara, de subir una historia a Instagram en el nuevo hot spot de la Roma, es el último refugio que nos queda contra la impotencia de saber que es más fácil conseguir una botella de Coca-Cola que una de agua simple, que no podemos enfermarnos y morir porque no podemos pagarlo; que tenemos la libertad, sí, de sonreír, de realizarnos, de trascender, de vivir, pero no tenemos las condiciones para hacerlo.10

Mañana, cuando nos encontremos haciendo fila, esperando a que se desocupe alguna caminadora eléctrica o cuando no encontremos lugar para estacionarnos en el otro templo sagrado de nuestra época: el centro comercial, pensemos si es esa, realmente, la libertad que queremos y por la que estamos dispuestos a luchar.

Foto tomada de Twitter 

____________________ 

1 Noor, P. (12 de mayo de 2020). 'Give me gains or give me death': Florida gym-goers protest lockdown with push-ups. The Guardian. Recuperado el 25 de mayo de 2020 de https://www.theguardian.com/us-news/2020/may/12/florida-gym-protest-push-ups «

2 Kashmirli, M. (01 de marzo de 2019) Herramientas para pensar: las dos nociones de libertad de Isaiah Berlin. Letras Libres. Recuperado el 26 de mayo de 2020 de https://www.letraslibres.com/mexico/revista/herramientas-pensar-las-dos-nociones-libertad-isaiah-berlin « 

3 Fromm, E., El miedo a la libertad, Ciudad de México, Paidós, pp. 43-57 «


4 Criado, M. (23 de octubre de 2018) Los microplásticos ya han llegado al intestino humano. El país. Recuperado el 27 de mayo de 2020 de https://elpais.com/elpais/2018/10/22/ciencia/1540213637_935289.html «

5 Daniel, B. (21 de mayo de 2015) El mundo enfrentará una severa escasez de agua en 2030: ONU. El Financiero. Recuperado el 26 de mayo de 2020 de https://www.elfinanciero.com.mx/mundo/el-mundo-enfrentara-una-severa-escasez-de-agua-en-2030-onu «

6 Reza, A. (26 de febrero de 2020) En enero de 2020, cada día 10 mujeres fueron asesinadas. Milenio. Recuperado el 26 de mayo de 2020 de https://www.milenio.com/policia/en-enero-de-2020-cada-dia-10-mujeres-fueron-asesinadas «

7 Ortega, A. (13 de agosto de 2019) Los jóvenes en México están atrapados en la pobreza laboral. Expansión. Recuperado el 26 de mayo de 2020 de https://expansion.mx/finanzas-personales/2019/08/13/los-jovenes-en-mexico-estan-atrapados-en-la-pobreza-laboral «

8 Ibídem «

9 Perry, M. (14 de enero de 2020) Chart of the day… or century. American Enterprise Institute. Recuperado el 26 de mayo de 2020 de https://www.aei.org/carpe-diem/chart-of-the-day-or-century-3/ «

10 Lopez, O, Jacobs, A. (16 de julio de 2018) En una ciudad con poca agua, la Coca-Cola y la diabetes se multiplican. The New York Times. Recuperado el 27 de mayo de 2020 de https://www.nytimes.com/es/2018/07/16/espanol/america-latina/chiapas-coca-cola-diabetes-agua.html « 

Comentarios