Ir al contenido principal

La nueva ¿movilidad?

Una de las principales premisas expuestas para la recuperación de la crisis, que el contexto actual de pandemia ha terminado por evidenciar, es la de no retornar a hacer las cosas como normalmente se hacían, es indudable la urgencia por un cambio en el actual modo de reproducción, por ello es forzoso preguntarse, ¿Hacia dónde dirigimos ese cambio? ¿Cómo se desenvolverá en la difusa nueva normalidad?

La disminución en la demanda de transporte público de la Ciudad de México alcanzó el 77% considerando la movilidad en Metro, Metrobús, RTP, Tranvía, Trolebús, Tren Eléctrico y Ecobici1 siendo una de las mayores a nivel América Latina, ya que representan uno de los principales focos de contagio, como lo advierten carteles colocados en las estaciones del Sistema de Transporte Colectivo (STC) de la ciudad.

Recuperada de Real Estate Market

Si antes del estallido de la pandemia, el problema de movilidad en la ciudad reclamaba atención, ahora, reflexionar la agenda en el tema es impostergable. Entendamos que la movilidad no sólo se conforma por los traslados de los ciudadanos a sus centros de trabajo, educativos o de ocio y recreación (obligatoria para la creciente acumulación), sino que también incorpora la logística de mercancías distribuidas hacia los centros de comercialización y servicios tales como lo son la seguridad y la atención a la salud, empero, en una ciudad aglomerada, la eficiencia de estos últimos será sencillamente inexistente.

Los registros administrativos señalan que existen más de 32 millones de automóviles en circulación en todo el país. De los cuales, 31.53 millones son de uso particular2 mismos que se han visto afectados ante la medida extraordinaria del programa Hoy no Circula al omitir la diferenciación de hologramas, si bien pareciera que el uso del automóvil podría estar ligado a las fatales condiciones del transporte público con aproximadamente; 432 mil unidades en circulación3, es necesario ponderar la mitigación de riesgos que estará implícita en el transporte individual dentro del futuro cercano.

Bajo una dinámica ordinaria, los vagones de metro abarrotados, camiones con pasajeros colgados obligados a poner en riesgo su integridad física en las puertas de la unidad y avenidas que parecieran estacionamientos interminables solían ser el pan de cada día. En una sociedad donde trasladarse en automóvil era aspiracional mas no necesario, existe la posibilidad de un viraje hacia la transportación individual creada por la desconfianza en las medidas sanitizantes de los espacios públicos y por la saturación de los transportes. Cabe recordar que, a inicios de diciembre de 2016, fue noticia nacional ver a la gente formada en el programa piloto en metro Balderas para permitir salir antes de entrar, conservar la distancia recomendada en hora pico para llegar a la casa o al trabajo hará parecer insignificante el esfuerzo de aquél que se ha preparado por años para correr por 100 metros.

Irremediablemente habrá cambios en la dinámica de movilidad en las ciudades, principalmente en el tránsito vehicular de particulares y en el uso de transporte público cuando los mercados y centros comerciales comiencen su reactivación, cuando los parques vuelvan a llenarse y las calles desiertas sean sólo un recuerdo, será necesaria la innovación y creatividad para las propuestas que reanimen los incontables traslados diarios manteniendo como objetivo la erradicación de grandes hacinamientos. Se ha abierto una ventana de oportunidad para cambiar el paradigma de la transportación hacia los medios que minimizan los riesgos de contagio como lo son las bicicletas, se podrán explotar nuevos medios, buscando el acondicionamiento de los ya existentes para darle suficiencia a los intercambios de modalidad y enfatizando, a la par, los esfuerzos en seguridad vial para estos.

El capital no permanecerá mucho tiempo en modo de espera, la llegada del capitalismo verde, incongruente por naturaleza, aunque se ha precipitado, no parece endeble al respaldarse en la tecnología de ciudades inteligentes (para este caso en concreto) que optimicen los tiempos de traslado siendo amigables con el medio ambiente, valorizando este cuidado ambiental como un insumo más de la producción, liberando uno de los últimos activos que con tanto recelo guardaba y, desviando la lupa del verdadero problema. Los retos que supone la futura cotidianidad en cuestiones de la movilidad urbana son multifactoriales, complicando su atención, y recrudeciéndose ante el escenario de pandemia, el eco-capitalismo dista de ser la única solución, por lo que ahora, más que nunca, repensar el desenvolvimiento social pasa a primer plano, el espacio siempre ha existido y en este momento resulta clave la celeridad para retomarlo hacia una reorganización.

Recuperada de Prensa Crata
____________________
1 Instituto Mexicano del Transporte. (03 de abril de 2020). Impacto del COVID-19 en el transporte público. Recuperado de: gob.mx «
2 Excelsior. (08 de octubre de 2019). Mala planeación: El principal problema de movilidad en México. Recuperado de: Dinero en Imagen «
3 Ibidem «
ONU. (19 de mayo de 2020). Transformar el transporte público tras la pandemia. Recuperado de: news.un

Comentarios