En los últimos meses, hemos sido testigos de llamados para descontinuar, eliminar y prohibir la reproducción de obras tales como películas, dibujos animados y series de televisión, además de escritos e incluso esculturas. La cultura del cancel se ha hecho presente a través de caminos de pólvora que son dinamitados por las redes sociales y, gracias a la enorme presión que ejerce, frecuentemente obtiene su cometido: el de “cancelar” lo que no va acorde a la conversación contemporánea. Quizá uno de los casos más controversiales hasta el momento sea el de la película Gone with the wind (Lo que el viento se llevó), éxito de 1939 en el que se desarrolla una de las historias de amor más icónicas y memorables en la historia del séptimo arte y, paralelamente desarrolla también una azucarada e irreal representación de lo que fue la esclavitud de las personas afroamericanas en los Estados Unidos. Las protestas en contra de la película no son nuevas; en realidad desde su estreno hace 8...