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El mexicano vs la prohibición

La década de los 20 del presente siglo augura una fuerte crisis a causa de la contingencia sanitaria por Covid-19 y se presenta con algunas similitudes respecto a la Gran Depresión de finales de la década de 1920. Se destacan los casos de brotes pandémicos, altas tasas de desempleo a causa de una recesión económica aguda y la prohibición de la venta de alcohol. En esta última centraremos nuestra atención.

La demanda continua potenció el mercado negro a pesar de la prohibición de la venta de alcohol en los Estados Unidos de 1920 a 1930. Esta medida fue fruto de políticas por evitar la decadencia social presionada por la incertidumbre económica de la crisis hacia final de la década de los 20. El contexto social estadounidense post Primera Guerra Mundial consideraba al alcohol como el común denominador en los problemas sociales y de salud pública. El principio de la década gozó de un florecimiento económico notable. Un sector político, un tanto conservador, promovió la prohibición generalizada de alcohol, ya que miraban el ocio, las apuestas y el entretenimiento con malos ojos y al alcohol como precursor nocivo1.

El crimen organizado ganster tiñó las calles de rojo, tomó el control de los negocios y se apropió de la producción, venta y distribución de alcohol ilícito que representó la consolidación de su poder. Las tabernas y clubes nocturnos clandestinos se propagaron rápidamente en las principales ciudades. Al Capone, quien es la cara del crimen gangster por excelencia, acuñó su fama gracias a la conjugación de todos los elementos delictivos que predominaron en esta década.

La industria cervecera se vió detenida a causa de de la crisis sanitaria que vivimos en la actualidad en México y el mundo. Al considerarse bien no esencial, su producción se suspendió ocasionando escasez en el mercado, situación que fue aprovechada por los intermediarios al inflar sus precios hasta un 300%. Aunado a esto, algunas entidades y municipios del país establecieron jornadas de Ley Seca por disposición oficial para evitar congregaciones como fiestas o convivios que perjudiquen la salud pública. 

A toda demanda en el mercado existe un área de oportunidad, en términos de beneficio monetario, que alguien está dispuesto a aprovechar. El mercado negro no es la excepción. Desde el inicio del confinamiento por la pandemia de Covid-19, en el país han muerto 159 personas por consumo de alcohol adulterado2, un problema que no es nuevo. Estamos ante un problema de salud pública cuando no solo se viola la ley al consumir bebidas alcohólicas, si no, cuando además, se beben brebajes adulterados que atentan contra nuestra integridad.

La producción artesanal de mezcal, aguardiente, pulque o cualquier bebida embriagante es tradicional en muchas poblaciones dentro del territorio mexicano y es importante diferenciarlas de las bebidas adulteradas e ilegales, ya que la regulación llega a su límite con la elaboración casera de tales bebidas. Existen fábricas que sustituyen el producto original por un alcohol de menor calidad, lo rebajan con agua e incluso, más peligroso, añaden metanol. “Presumimos que derivado de esta escasez y que la demanda es muy alta, algunas personas están ofreciendo o están tratando de vender el alcohol metílico (usado para elaborar combustible, disolventes y anticongelantes) en lugar del alcohol etílico”, señaló Denis de Santiago, titular de la Comisión para la Protección Contra Riesgos Sanitarios de Jalisco3, estado con 43 víctimas de ingesta de alcohol adulterado.

En México existe un mercado de alcohol ilícito desde hace mucho tiempo, cuatro de cada diez botellas que consumimos son ilegales de acuerdo a la Comisión Federal para la Protección de Riesgos Sanitarios y la Procuraduría Federal del Consumidor. El exceso de alcohol es nocivo, aún más la ingesta de alcohol adulterado. Entre los síntomas que presentan las personas intoxicadas está: taquicardia, enrojecimiento facial, edema en miembros superiores, dificultad para respirar y visión borrosa4. Si acostumbras beber no dudes haber consumido alcohol adulterado en algún momento de tu vida.

El consumo de alcohol en México de por sí es un tema. Entre 2010 y 2017, según el Gobierno Federal, en México hubo 22,856 muertes relacionadas con el uso de drogas legales e ilegales, y 95% fue por consumo de alcohol5, los factores van desde accidentes automovilísticos hasta enfermedades crónicas derivadas del desmedido y prolongado consumo de alcohol. Pareciera que el consumo de alcohol por ser producto de las tradiciones y herencia cultural está exenta de las campañas de prevención, rubro que se le adjudica principalmente a las grandes empresas productoras de tales bebidas y que utilizan como herramienta para deducir impuestos. Un plan de prevención es una tarea pendiente para el aparato estatal en materia de salud pública.

La elaboración ilegal y artesanal sumado al consumo alto de alcohol lícito e ilícito son una realidad en nuestra sociedad de acuerdo con los datos. 

¿Qué factores causan el origen de un mercado negro? El consumir etiquetas de calidad a bajo precio es tentador para el comprador, la corrupción de las fábricas apócrifas por obtener un beneficio monetario a costa de la salud del consumidor ofreciendo productos altamente tóxicos y, durante esta cuarentena, la limitada variedad de opciones, a causa de escasez de cerveza comercial, principal bebida preferida por el mercado mexicano.

Me pareció oportuno comenzar extrapolando el caso contemporáneo al de Al Capone en Estados Unidos de 1920 a 1930. La prohibición promovida por un sentimiento moral y puritano dio pie a acrecentar el mercado clandestino y que éste fuera tomado por la fuerza con violencia por los grupos gangsters de crimen organizado. La prohibición estableció condiciones para que los índices delincuenciales, de homicidios e inseguridad. En cuestiones sociales, la ley seca fue una desastre. No terminó con el consumo de alcohol y solo causó un cambio drástico en la especialización del crimen organizado. El crimen escaló a niveles nunca antes vistos en ningún lado diversificando su baraja de negocios más allá del contrabando de alcohol. La prohibición fue la catapulta de las mafias en Estados Unidos, esas mafias de “Los Intocables”, “El Padrino” o “El Irlandés”; historias de corte hollywoodense inspiras en los hechos reales perpetrados por las cinco familias de Nueva York.

En México la prohibición fue forzada por la pandemia con la intención de que la población no se juntara para degustar, o exceder, el consumo de alcohol. Sin embargo fue irónico y desafortunado el hecho de querer evitar un problema de salud pública evidenciando otro. Las leyes secas no resuelven problemas de salud ni seguridad por sí mismas si no existen elementos estructurales sólidos para hacer frente a un problema de salud o seguridad mayúsculo. 

Las organizaciones criminales en México no se caracterizan por contrabandear alcohol como en tiempos de Capone, se les conoce por tener el control del mercado de drogas, redes de extorsión, secuestros y ser de los principales responsables de la violencia e inseguridad en México. 

Ha habido gran auge de incidentes relacionados con el narcotráfico a lo largo de las administraciones políticas en el país y el debate de legalización de las drogas, por ejemplo, siempre ha estado sobre la mesa para minimizar su impacto negativo en la sociedad. Empero, a tal debate se le ha huido múltiples veces por la polémica y las cuestiones éticas a las que se tiene que incurrir para llevar a cabo decisiones o medidas concretas.

Ni legalizar, ni prohibir han sido políticas perfectas ante el consumo de alcohol o drogas, legal o ilegalmente. El caso mexicano y el estadounidense son lecciones para el futuro de que la prohibición no es la medida última necesaria para solucionar todos nuestros problemas económicos, políticos y sociales porque fortalece las células delictivas de la sociedad y evidencia deficiencias del aparato estatal en cualquier aspecto. 

Legalizar o permitir el consumo de ciertas sustancias ya sea alcohol o drogas demandan una sociedad con un sistema de prevención, atención y rehabilitación de adicciones robusto, una educación afín y un sector salud pertinente para socorrer cualquier eventualidad como consecuencia última.


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1 Redacción. (5 de diciembre de 2018). La ley seca: el despegue de las mafias en EE.UU. La Vanguardia. https://www.lavanguardia.com/historiayvida/historia-contemporanea/20181127/47313667204/el-despegue-de-las-mafias-en-eeuu.html «

2 Miranda, J. (20 de mayo de 2020). La otra epidemia en México: morir por alcohol adulterado. El Universal. https://www.eluniversal.com.mx/estados/la-otra-epidemia-en-mexico-morir-por-alcohol-adulterado?amp «

3 Gonzalez, J. (17 de mayo de 2020). Aumentan las muertes por beber alcohol artesanal adulterado en México — durante la escasez de cervezas por el coronavirus. Bussines Insider. https://businessinsider.mx/aumentan-muertes-alcohol-adulterado-artesanal-escasez-cervezas-mexico/ «

4 Sánchez, A. (7 de junio de 2020). El absurdo de la Ley Seca: muertos, intoxicados y mercado negro. The Washington Post. https://www.washingtonpost.com/es/post-opinion/2020/06/07/el-absurdo-de-la-ley-seca-muertos-intoxicados-y-mercado-negro/ «

5 Trejo, F. (10 de diciembre de 2012). El 45% del consumo de bebidas alcohólicas, son adulteradas. Milenio.https://www.milenio.com/opinion/francisco-trejo/columna-francisco-trejo/el-45-del-consumo-de-bebidas-alcoholicas-son-adulteradas «



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