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La Policía de las Redes Sociales en tiempos del All Cops Are Bastards

Hace unas horas, en el contexto de las protestas alrededor del homicidio de George Floyd, en redes sociales (principalmente en Instagram) trascendió la moción de subir una imagen completamente en negro, acompañada con la etiqueta #BlackOutTuesday, la cual nombra a la iniciativa. Esta etiqueta es seguida por alguna otra como #BlackLivesMatter o #BLM.

Hasta donde ha sido posible indagar1, el #BlackOutTuesday es una derivación de una iniciativa que concernía, en primera instancia, al mundo de la música del país anglosajón. Jamila Thomas y Brianna Agyemang, ambas mujeres afroamericanas inmersas en la industria musical, concibieron necesaria una pausa que expresara la solidaridad de una industria que, históricamente, se ha beneficiado de los esfuerzos y contribuciones artísticas de la comunidad negra. Esta pausa fue pensada, sí, como una muestra del respaldo de la citada industria a la causa, pero también como una oportunidad para alentar a la reflexión, diálogo e ideación de acciones colectivas posibles para seguir apoyando en lo sucesivo. 

La respuesta llegó hasta la promesa, por parte de algunos sellos, de no lanzar nueva música esta semana, en orden de contribuir a la iniciativa. Algunos otros personajes de la industria contestaron compartiendo contenido con la etiqueta #TheShowMustBePaused, nombre original de la propuesta de Thomas y Agyemang.

Pronto, aunque hasta ahora de manera irrastreable, esta etiqueta comenzó a ser utilizada popularmente con imágenes completamente en negro, en señal de participación de la iniciativa y, en una segunda instancia, la etiqueta inicial dio paso a la mencionada #BlackOutTuesday, acompañada por tamañas guaruras: #BlackLivesMatter y #BLM. Fue en este momento cuando la propuesta despegó y se viralizó.

A las pocas horas, cuando el feed de las redes sociales estaba cubierto de imágenes en negro, fue que algunas personas comenzaron a dar cuenta de la perniciosa oportunidad que este bienintencionado ejercicio estaba trayendo consigo.

Tanto #TheShowMustBePaused como #BlackOutTuesday son hashtags que nacen con la moción de la imagen en negro. Pero el hecho de adjuntarles #BlackLivesMatter o #BLM, etiquetas preexistentes a la reciente iniciativa y con un vasto registro del movimiento –usando una alegoría facilona– puso en total negro la discusión. 

A lo largo de años, pero con especial énfasis en los últimos días, estas etiquetas han fungido como canales a los cuales se puede acudir para buscar información importante que contribuya con la discusión y organización de los movimientos de la comunidad negra. Esta información importante, por el tamiz de la actualidad, se ha convertido en vital; pues el acceso a ella, en el contexto de las protestas escaladas por todo Estados Unidos, en donde los disturbios han dejado lesionados, detenidos e incluso, pérdidas humanas, puede ser la diferencia entre la vida y la muerte.

Los antedichos canales se han enmudecido de manera accidental. Lo que alguna vez fue un canal de información, imprudentemente –aunque insisto, de forma involuntaria–, se volvió un espacio estéril para la lucha organizada. Y ahora, quizá hasta de forma irónica, vemos que, la intención de apoyar está entorpeciendo la acción efectiva.

Imagen sacada de Twitter

Los actos de ayuda suman, pero la voluntad de ayudar es imprescindible.

Los psicólogos de las relaciones objeto, como William Fairbairn, sostienen que el ser humano tiene una predisposición –y, por lo tanto, a lo largo de su vida está en su búsqueda– al afecto y a la validación2. Es por ello que, no debe sorprender, ni creo que sea motivo de ninguna clase de demérito, el hecho de que, hasta en gestos tan honrosos como apoyar causas justas, busquemos aceptación de la gente que nos rodea. 

La paradoja de haber obstaculizado la causa que se intentaba apoyar, aunada a la necesidad humana de sentirse validado, puede fácilmente activar mecanismos de defensa en la conducta de las personas, como la indignación, la apatía y la inacción, que amenazan el compromiso de esas personas hacia el movimiento.

Es natural, ninguno de nosotros quiere sentir que su ayuda es innecesaria. Peor aún, ninguno quiere sentir que esa ayuda es re-etiquetada ahora, como lo contrario: un inconveniente. 

Para evitar el malestar de encontrarnos en esta situación, es importante entender que el compromiso hacia cualquier causa no radica en las meras manifestaciones de apoyo hacia ella, ni en el "éxito" de éstas. Las manifestaciones de apoyo, si bien importantes, son sólo un símbolo efímero de nuestro respaldo que, aunque expresan nuestra responsabilidad con los movimientos, responden a necesidades específicas de su contexto. La verdadera responsabilidad se demuestra en la ductilidad de nuestra voluntad, en nuestra capacidad de modificar nuestras acciones, nuestros gestos y nuestra conducta ante los requerimientos de una sociedad cambiante. Hace falta el criterio y la humildad de saber que lo que hoy ayuda o se presenta como necesario, puede que no lo haga mañana. Tenemos que asumirlo y continuar.

Somos humanos, no nos movemos por códigos binarios de una película de Marvel, no somos héroes o villanos, ni buenos, ni malos. En El corazón del hombre, Erich Fromm aborda esta cuestión: “O, después de todo, quizá es erróneo todo el dilema. ¿Quizá el hombre es a la vez lobo y cordero, o ni lobo ni cordero?”3

La gente que participó en la dinámica del #BlackOutTuesday, entorpeciendo involuntariamente el movimiento de la comunidad negra; la gente a la cual esta coyuntura le ha servido de pretexto para incursionar introspectivamente en los posibles actos de racismo que han atestiguado o incluso, protagonizado; la gente que aún duda si los disturbios violentos son el medio para conseguir algo; aún aquellos que en el 2011 tuitearon algo homofóbico, misógino, clasista o racista. Para todos ellos, lo cierto es que nadie es malo para sí mismo. Ninguno de ellos creyó serlo en su momento.

Imagen tomada de Muy Historia, intervenida por Barahúnda.

Este barco, del que todos nos sentimos tripulantes, que navega con la bandera de la justicia social, enfiló a una carrera de regatas. Competimos por ver quién está más despierto, por ver quién llega más rápido al prometido puerto de la deconstrucción y no estamos educando a nadie, sólo marcamos más nuestras diferencias respecto a los otros. Y en el camino, nos estamos hundiendo todos.

Tener la razón se siente bien, no lo niego. Exhibir a alguien por su evidente falta, también; lo he hecho, todos lo hemos hecho. Sin embargo, estamos ante algo más grande, que requiere un compromiso de ese mismo tamaño, pero aún más que con la causa misma, con la gente que la puede hacer posible. De otra forma, ¿qué seguiría después de conseguir que todas las cuentas de twitter de la gente que no piensa como nosotros estén suspendidas?

“El odio es bueno para cobrar venganza, pero para derribar las estructuras de poder que nos oprimen necesitamos aliados, compromisos y permitir que la gente, después de aprender, se arrepienta.”4

Exhibir, separar y señalar sólo sirven a la autocomplacencia de saberse uno de los buenos. Pero para cambiar nuestra realidad necesitamos idear dispositivos de lucha fundados en la inclusión y la redención: en la complejidad de nuestra condición humana. Si realmente queremos un cambio, debemos confiar en que cambiar es posible.

Todos merecemos el derecho de aprender, de recomponer, de crecer y de arrepentirnos. Ni lobos, ni corderos, somos todos humanos y todos necesitamos piedad.



V. James, (02 de junio de 2020) Blackout Tuesday posts are drowning out vital information shared under the BLM hashtag. The Verge. Recuperado el 2 de junio del 2020 de https://www.theverge.com/2020/6/2/21277852/blackout-tuesday-posts-hiding-information-blm-black-lives-matter-hashtag« 

W. R. D. Fairbairn, Psychoanalytic Studies of the Personality(1952), Hove, Brunner/Routledge, 2003.« 

Fromm, E. (2020). El corazón del hombre (p. 6). Fondo de Cultura Económica. Recuperado de http://datelobueno.com/wp-content/uploads/2014/05/El-corazón-del-hombre.pdf« 


Pepe, (01 de marzo de 2018) ¿Qué pedo, putos? ¿Se puede hablar o se van a poner de reinas? Migala. Recuperado de https://migala.mx/que-pedo-putos-se-puede-platicar-o-se-van-a-poner-reinas/«

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