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La imprudencia del IVA.

La tecnología en servicios se ha desarrollado a pasos agigantados en los últimos años creando situaciones donde los Estados no siempre han podido maniobrar, empero, era cuestión de tiempo para que el fisco les alcanzara haciendo frente a la digitalización de la economía. Grandes corporaciones como Netflix, Fox, Amazon, Disney+ y demás, han hecho del streaming un negocio redondo no muy lejano a lo que antes solía ser la televisión por cable, donde el usuario tiene acceso al contenido mientras así lo demande, creando una ilusión de libertad, pero al final se termina siendo dueño de nada, aún cuando haya(mos) despilfarrado por años en todo tipo de plataformas. Se han desincentivado los formatos físicos. Esta especie de destrucción creativa tiene una distinción de clase implícita, ya que los déciles próximos al límite de la línea de bienestar no tienen acceso, un punto muy importante al evaluar las cargas impositivas.

El Paquete Económico 2019, compuesto por tres importantes documentos: Criterios Generales de Política Económica, Proyecto de Presupuesto de Egresos de la Federación y Ley de Ingresos, contempló, en esta última, la regulación de la economía digital, principalmente a aquellos proveedores no residentes ya que, las empresas nacionales ya forman parte de la obligaciones1. Las reformas propuestas se concentraron en IVA e ISR para una estimación de ingresos por impuestos de hasta 3.5 billones2, aunque, la cuestión de este artículo será la primera, ya que la segunda ha entrado en vigor hace unos meses. Se calcula un impacto de aproximadamente 4,394 millones de pesos al gravar dichas plataformas tecnológicas3.

La Asociación Latinoamericana de Internet (Alai) ha representado los intereses de las industrias de internet, oponiéndose e incluso incorporando a la administración de Estados Unidos en las discusiones por posibles afectaciones a los acuerdos comerciales. Finalmente, la propuesta fue aprobada en las Cámaras, pero, la historia recién comenzaba.

Hace unos días, aquellos que somos titulares de una cuenta en Netflix, recibimos un alarmante correo, “A partir del 7 de junio de 2020, tu tarifa de Netflix incluirá un Impuesto al Valor Agregado (IVA) del 16%”4 donde parecen deslindarse de toda responsabilidad del aumento, solo somos los mensajeros, cualquier reclamo, diles a aquellos. La realidad dista de ser tan simple, siendo el IVA un impuesto indirecto, trata de alejarse de aquellos bienes y servicios de primera necesidad (medicinas, libros, transporte público y un largo etcétera) y parece ser que el streaming, a pesar de todo pronóstico, no lo es. De inmediato, las redes se saturaron al unísono de “con mi streaming no” responsabilizando a esa hidra insaciable de tres cabezas -o siglas- llamado SAT. La caracterización de un impuesto indirecto representa que, el sujeto normativo no siempre es el sujeto económico, es decir, quién (por ley) estaría obligado a pagarlo, puede o no pagarlo, desafortunadamente para nosotros, streameros posmodernos, Netflix optó (en su plan medio y premium) por trasladar la totalidad del impuesto. Uber optó por trasladarlo hacia sus socios5, manteniendo la tasa de servicio que absorben en cada viaje. Por su parte, Amazon ha declarado que no existirán incrementos en sus cuotas, explicando que sus precios, ya incluían el impuesto6, creando la duda de ¿Por qué Netflix y aquellas plataformas con incrementos no ponderaron hace tiempo su verdadera carga fiscal? ¿Lo están utilizando como justificación para un incremento de precios?

Es asombrosa la simpleza con la que el streaming ha permeado en la cotidianidad, permitiéndole hacerse de un verdadero oligopolio logrando distanciarse de las responsabilidades fiscales en los países donde tantos beneficios obtienen. En los próximos días podemos esperar noticias de Google, Apple, Airbnb, Spotify, y muchas otras que mantienen operaciones en el país, donde anuncien las medidas a tomar en cuanto a la implementación de este nuevo impuesto digital. 

La intención de tasar estos servicios es verdaderamente loable, ya que son ingresos que podrían proyectarse a un bien mayor en el sector social, desafortunadamente, cuando esto representa una mayor carga impositiva para los ya contribuyentes, el descontento es totalmente justificable. La descarada traslación de impuestos indirectos hacia adelante por parte de las empresas se sustenta en la estructura oligopólica que mantienen, están dispuestos a transferir la totalidad de la carga sabiendo que la disminución de suscriptores será mínima, de mantener dicha estructura, cada plataforma se especializará en su contenido, de vuelta a la televisión por cable, aunque… transmitida por fibra óptica (en el mejor de los casos). 

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1 Rodrigo Riquelme. (2019). Tecnológicas se quejan por plazos y sanciones en tributación digital en el Paquete Económico 2020. Recuperado el 09-mayo-2020, de El Economista   «
2 Cámara de Diputados. (2019). Ley de Ingresos de la Federación para el Ejercicio Fiscal 2020. Ciudad de México: Diario Oficial de la Federación 01 de enero de 2020. «
3 Saldívar, Belén. (08 de septiembre de 2019). Más impuestos a calorías y tabaco; economía digital pagará IVA. Recuperado el 09-mayo-2020 de El economista  «
4 Cita textual de correo electrónico recibido el jueves 7 de mayo de 2020 «
5 Mera, Isaid. (07 de mayo de 2020). Uber no trasladará a usuarios el IVA a servicios digitales... lo pagarán los conductores. Obtenido de El Financiero «
6 Barrera, Karina. (08 de mayo de 2020). Amazon Prime anuncia que no subirá precio de su suscripción. Recuperado el 09 de mayo de 2020 de SDP Noticias  «

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