Ir al contenido principal

Retomando el concepto "naco": 10 años sin Monsiváis

Diez años han pasado del desafortunado fallecimiento de Carlos Monsiváis, quien fuera uno de los escritores y periodistas más reconocidos del México moderno, considerado padre de la crónica ¿y cómo no? Vaya ciudad que alberga y cuenta tantas cosas, vivencias fortuitas e infortuitas, conjugadas en la atmósfera mágica de la cual tanto esbozó. Hace diez años yo tenía trece y recuerdo hojear una revista Rolling Stone, pasar por la sección de obituarios y reconocer una ilustración de su silueta, acompañada de una de José Saramago, con los antecedentes de mirarlo en noticieros de Televisa dando su opinión acerca del suceso coyuntural que ocurría en ese momento o en un sketch siendo imitado por Miguel Galván en un programa de comedia

En retrospectiva, diez años han pasado, tiempo que me ha servido para ser testigo de sus crónicas, de sus pensamientos y sus críticas. Pues “me oí en el Periférico las nueve sinfonías de Beethoven, completas”; tuve acceso a las visiones panorámicas del pasado al cruzar la plancha del Zócalo, lugar que han pisado tlatoanis y virreyes, obispos y presidentes de la República, caudillos gobernantes de la ciudad, emperadores; he vivido la esencia de la metrópolis al viajar en Metro y ejercitar el valor de la tolerancia (e intolerancia)1. No soy nadie para negarlo. Tráfico, inseguridad, precariedad, desempleo, corrupción, contaminación y pobreza son factores que se han conjugado en esta ciudad y que, de alguna manera, "Monsi" encontraba lo mítico, lo placentero de recorrer estas calles con su tan característica sátira e ironía.

Entre sus letras se aprecia su humanismo y empatía aparentando ser omnipresente con los sentimientos de los personajes en determinadas atmósferas que narraba. Relacionando consistentemente los actores con la escenografía, no solo siendo testigo de los hecho si no permitiéndoles palpar el trasfondo. 

Estos días, distinguidos por la exaltación social, recordaba lo escrito por "Monsi" relacionado a la palabra naco. Los medios de comunicación, las redes sociales y la sociedad en general ha cuestionado los temas de racismo y clasismo que aquejan a nuestro vivir diario como un ejercicio a modo reflejo respecto a las protestas a escala mundial sobre Black Lives Matter.

La palabra “naco” me llamó la atención al ser enumerada dentro de los adjetivos que solemos usar los mexicano hacia otra persona cuando queremos por sus rasgos físicos y color de tez. En esta lista estaban voces como "prieto", "indio", "paisano", "oaxaco" y "pata rajada" pero “naco” me causó ruido.

En su libro Días de Guardar, curiosamente justo como nos encontramos ahora en confinamiento, Carlos Monsiváis dice que la palabra naco puede ser una abreviación o que deriva de la palabra totonaco, que probablemente se empezó a usar en tiempos la colonia para describir de forma despectiva facciones de carácter indígena2. Por otro lado, en El rudo ensayo de Juan Nentuig, jesuita alemán que tenía por propósito evangelizar en el Noroeste del país, menciona que naco significa nopal para los indios ópatas originarios de la región que hoy comprende Sonora, estado donde se encuentran las ciudades de Naco y Nacozari3. Esta definición no me socorre de inmediato pero me lleva a recordar frases como “más mexicano que el nopal” o “tiene cara de nopal”, las cuales no recuerdo dónde las he escuchado.

Carlos Monsiváis fue testigo del desenvolvimiento social, económico y político de México hacia mediados del siglo pasado. La brecha de ingresos entre la familias comenzaba a ampliarse de manera significativa “con sus priístas y ricos neoporfirianos”: padres y abuelos de los manifestantes sobre ruedas que salen en caravana estos días. La explosión demográfica que se resintió hacia el oriente de la ciudad, la otra faceta de la población, Iztapalapa y Cuidad Neza, los hijos de los foráneos: diferenciados nacos entre los fresas, los marginados, los alumnos de la maestra calle como meca del hacer barrio. Monsilopochtli, como lo llamara José Joaquín Blanco4, es garante de esta perspectiva el de la exclusión y discriminación dadas las circunstancias.

“La naquiza tiene historia, tiene sociedad y dispone de su estética. Su historia: la opresión y la desconfianza, el recelo ante cualquier forma de autoridad, los asentamientos urbanos como hacinamientos, el ir ascendiendo a duras penas o irse quedando entre la malicia de su espíritu. Su sociedad: la cerveza y la mezclilla como estructuras culturales, el ámbito del vecindario y del compadrazgo como la identidad gregaria, bautismos, primeras comuniones, matrimonios, defunciones, quince años, compadrazgos de escapularios, del cuadro de la Virgen. La grosería permanente como único y último recurso ante un idioma que los rechaza condenatoriamente, la diversión como un desciframiento de las ofertas contiguas del sexo y de la muerte”5.

La naca, el naco. Un diccionario cualquiera, el de la Real Academia Española (en el campo de los mexicanismos), le define como algo o alguien que se percibe como vulgar, de mal gusto; sin urbanidad o civismo; de origen indígena, o de bajos recursos6. ¿A quienes nos dicen nacos o nacas? A los que vamos al tianguis a pensar cosas, los que gritan “súbale hay lugares” y los que nos subimos, las que aprenden de la corrupción para luchar contra la corrupción, los que dan “mordida” y los que las reciben, las que disfrutan del rock urbano pero también de la salsa y la cumbia, los que dicen “odiame más”, las que su barrio los respalda, los que rotulan “La Arrolladora 24 de mayo” y las que acuden, las que hablan cantadito, los que jugaron burro castigado, las que frecuentan las banqueteras, los que compraron un mp3 de a 10 pesos en el metro, las que se meten al slam, a la que le tocó Torito, el impuntual, la que viste llamativo pero no a la moda, el que compra el Libro Vaquero, el que va a los tacos de 5 por 30 pesos, las que se quedan de ver abajo del reloj...

«Este sojuzgar, “sentenciar hacia abajo” literalmente, a los pobres asociando su aspecto a un juicio moral sobre su sospechosa humanidad, adquiere una vuelta con el término “naco”»7. La palabra naco se presenta como uno de tantos ejemplos de racismo y clasismo que se encuentran de manera tan arraigada en la cultura mexicana aunque lo ejemplos del anterior párrafo son situaciones sumamente comunes. El racismo y el clasismo en México no sólo se trata de ver con prejuicios propios a otra persona y descalificar por su color o su nivel socioeconómico, es además una estructuración sistémica social bajo el discurso de los poderosos y adinerados, y sus familias, sustentado en los estereotipos y creencias de que los morenos o los pobres no merecen por mérito acceso a recursos o privilegios como los que ellos gozan. De esta manera construye una barrera con elementos económicos, políticos y sociales hacia las oportunidades com empleo, educación o cultura de manera escalonada para mantener la desigualdad y reproducir las creencias a manera de prejuicios. 

El significado de la palabra naco ha evolucionado a través del tiempo, he mencionado época colonial, siglo pasado y actualidad; siempre se ha utilizado de manera despectiva y excluyente. Distar a otra persona por sus rasgos físicos con el propósito de despreciarla a pesar de sus virtudes y cualidades ha sido piedra angular del racismo y clasismo que aqueja al país, el ejemplo irrefutable son los grupos indígenas en la participación en la toma de decisiones importantes para el futuro del país, se prescinde de ellos siendo los principales afectados, al menos de racismo y clasismo. El imaginario colectivo popular combinado con las voces que predominan los medios de comunicación habían estado omitiendo la posibilidad de concebir el racismo y el clásico en México, sin embargo este es un momento oportuno para evidenciarlo conforme al contexto que hoy afrontamos.

El naco es vulgar, exagerado pero fresco y sin vergüenza. De léxico limitado en lo pomposo refinado pero vasto en el agravio y la ofensa, guasón. O ¿acaso la Reina del albur nació y creció en Santa Fe? Los nacos sobrellevan la lepra de la pobreza y la falta de atención social, herederos del pelado y lépero; ejemplos por excelencia para Carlos Monsiváis son Cantinflas, Resortes, El Mantequilla y Pepe el Toro, pioneros de la cultura popular mexicana, pícara, desacomodada y de tono cantadito8. Personajes que plasmaron en el cine y la televisión su sufrimiento por lo que padecían pero también burlaban y se burlaban de la autoridad, se inmiscuían en la alta sociedad, se mofaban de sí y de la ingenuidad de los adinerados y los patrones porque les faltaba barrio, como si del arrabal y la escasez se forjara carácter y experiencia de la vida.

“Ser naco es chido” tiene escrito la combi de los integrantes de Botellita de Jerez. La llegué a ver como tres veces frente a la prepa. Es chido por ser la concreción de la expresión popular, o populacha, del sentimiento metropolitano, de lo exagerado y malaventurado de las condiciones adversas de vivir la ciudad. La evolución del entendido de la palabra naco tiene un origen abiertamente racista, sin embargo, creo que el concepto se va alejando de la discriminación por rasgos físicos como color de tez hacia las acciones vulgares y desconsideradas, claro, no lo justifico.A pesar de ello, este tipo de actitudes y acciones son mayormente adjudicadas a los estratos bajos , de igual manera, se consideran patrimonio cultural no material.

Fotografía tomada de Leedor
____________________

1 Villamil, J. (enero de 2017). Sobre el amor de Carlos Monsiváis a la CDMX. MXCity https://mxcity.mx/2017/01/amor-carlos-monsivais-la-cdmx/ «

2 Monsiváis, C. (2002). Días de guardar. Era. «

3 Nentvig, J. (1764). El rudo ensayo. Descripción geográfica, natural y curiosa de la provincia de Sonora. SEP- INAH. «

4 Blanco, J. (1ro de septiembre 1981). Días de guardar: diez años después. Nexos: https://www.nexos.com.mx/?p=3908 «

5 Monsiváis, C. (1ro de octubre 2010). No es que esté feo, sino que estoy mal envuelto je-je (Notas sobre la estética de la naquiza). Nexos: https://www.nexos.com.mx/?p=13947 «

6 Cruz, M. (7 de septiembre de 2016). Naco, una palabra mexicana con muchos significados pero ninguno positivo. Verne: https://verne.elpais.com/verne/2016/09/06/mexico/1473193231_563365.html «

7 Mejía, F. (junio 2018). No digas que es prieto, di que está mal envuelto: Notas sobre el racismo mexicano. Revista de la Universidad de México: https://www.revistadelauniversidad.mx/articles/aa10d15d-5ee1-43ae-abc8-f16068a278ad/no-digas-que-es-prieto-di-que-esta-mal-envuelto «

8 Monsiváis, C. (2004). Escenas de pudor y livianidad. Debolsillo. «

Comentarios